Lo más aconsejable es realizar revisiones periódicas para detectar la pérdida lo antes posible y así poder mantener la audición y evitar su progresiva degeneración (haz nuestro test auditivo).

Algunas pistas que nos ayudan a detectar este problema pueden ser: la necesidad de que nos repitan habitualmente frases o palabras, quejas de familiares y amigos si aumentamos el volumen de aparatos de sonido (televisores, iPods, radios...) o cuando tenemos dificultades para comprender conversaciones en ambientes ruidosos o con varios hablantes.

Si lo pasas mal enfrentándote a todas estas situaciones, quizás haya llegado el momento de que consultes con un profesional de la audición sobre alternativas como el uso de audífonos.